A esta pareja la conocí gracias a una amiga en común, que es fotógrafa, pero también muy amiga de la novia y además hizo de maestra de ceremonias, con lo que recomendó a su amiga Irene que contactara conmigo y viera mi trabajo.
Irene y Jerome viven en Londres, el alemán y ella española, se casaron en Granada, ciudad natal de Irene. Organizaron su boda desde allí con mucho mimo. Son una pareja encantadora, muy detallista y con ideas claras, además valoran mucho su intimidad y sus recuerdos, en cuanto hablé con ellos por primera vez supe que iba a ser una boda preciosa, llena de amor y de mezclas culturales.
Tuvieron un día soleado, pero no muy caluroso, un día perfecto para casarse con vistas a La Alhambra. Me encanta que parejas como ellos, cuenten conmigo como fotógrafo de bodas en Granada, ya que es una ciudad super bonita con la que tengo una conexión especial, llena de rincones preciosos por los que pasear y hacer fotos.
Jerome se vestía en la casa dónde se estaban alojando durante los días previos a la boda. Se vistió tranquilamente con la ayuda de su madre y su hermano y, luego decidimos aprovechar los rincones de la finca y hacer unos retratos a él solo. Para terminar alguna con su familia más cercana que había venido desde Alemania para estar aquí en este día.
Después fui a casa de los padres de Irene que era dónde se vestía ella, mientras terminaban de retocarla el maquillaje fui haciendo fotos al vestido, los anillos… y del ambiente de la casa en general, me gusta captar esos momentos de nervios, pero de complicidad e ilusiones entre la familia y la novia.
Tanto la ceremonia como la cena fueron en “La chumbera” un lugar super bonito, con vistas privilegiadas a La Alhambra de Granada, situado en el barrio de Sacromonte, un barrio famoso por su tradición flamenca y sus casas excavadas en la roca.
Durante la ceremonia, íntima y emotiva, Hablaron amigos y familiares. Después les tocó el turno a los novios, se dijeron unos votos en alemán y en español, todo con la Alhambra como testigo, Irene y Jerome se dieron el sí quiero.
Después de la ceremonia y antes de dejarles disfrutar del coctel y de todos sus familiares y amigos, nos escapamos 15 minutos para poder hacer una pequeña sesión, ya, como marido y mujer. En este momento, pudieron aprovechar para conectar y disfrutar el uno del otro sin interrupciones.
Cuando terminamos y sin robarles ni un minuto más seguimos con el cóctel, y la cena.
Toda la decoración cuidada al detalle con guiños a la cultura española y a la alemana, con todo en tres idiomas, español, alemán e inglés, para que todos los invitados se sintieran como en casa e integrados en la celebración de este día tan especial para ellos.
La cena tuvo lugar en el mirador, al atardecer, fue un momento realmente mágico con una luz super bonita.
Se respiraba el amor y la amistad que Irene y Jerome habían construido, entre ellos y con sus familias y amigos en cada lugar del mundo.
Finalmente abrieron el baile, que se hacía dentro de una de las cuevas, luces, música y mucha fiesta para finalizar una boda de 10.
Me encanta que cada vez más parejas cuenten conmigo como fotógrafo de bodas en Granada, donde también suelo ir con frecuencia a hacer sesiones preboda y postboda, aprovechando todo el potencial que la ciudad nos brinda.