Desde que conocí a Fran y Patri supe que su boda iba a ser muy auténtica y especial, como ellos.
Antes de la boda quedamos en su casa para terminar de ultimar detalles. Ahí fue cuando vimos claro que se tenían que vestir los dos allí. Es una casa que refleja su amor, la han construido desde cero, juntos, con esfuerzo y poniendo toda su personalidad en ella. Una casa preciosa con mucha luz, enormes ventanas y un montón de rincones desde los que se ve como combinan sus personalidades a la perfección.
Después de tener claro que se iban a vestir juntos, ya que la casa tiene espacio suficiente para que uno estuviera en una parte de clase, también decidimos que sería perfecto para ellos hacer un first look ¿Por qué no tener un momento a solas, antes de que empiece la locura de la boda, donde poder compartir un momento íntimo, en vuestro día, sin nadie más? Sólo el fotógrafo recogiendo para el recuerdo esas primeras miradas y sonrisas.
Sinceramente, creo que fue un acierto. No digo que todas las parejas tengan que verse antes de la boda, al contrario, es una elección muy personal, pero, en ocasiones como esta, super bonita.
Mi forma de trabajar y de ver las bodas es que cada una de ellas sea diferente y sea lo más fiel posible a lo que quieren hacer los novios, que rezume personalidad y que su forma de ser moldee la boda a su estilo y no al revés, que las tradiciones no nos digan que todos tenemos que vivir nuestra boda igual, con un protocolo estricto, sino que cada boda, y cada reportaje de bodas sean distintos y únicos, ya que nosotros también lo somos.
Después de los preparativos con los familiares más cercanos, y el precioso first look, el novio fue hacía la ceremonia mientras me quedaba con Patri un poco más para hacer algunas fotos de ella sola, antes de partir hacia el Jardin de la Estación en Molina de Segura, donde celebraron su boda.
Fue una boda civil en Murcia. De nuevo, muy personal y emotiva, ya que la oficiaba una de las mejores amigas de la pareja, hablaron familiares y amigos y los novios se dijeron sus votos.
Era un día soleado de diciembre en la Región de Murcia y después de la salida de los novios estábamos listos para el cóctel.
Hicimos algunas fotos a ellos solos, aprovechando que la gente se iba ubicando en el cóctel y empezaban a tomar algo. Fue un día soleado y preferimos terminar la sesión después de la comida, en el atardecer cuando la luz era más bonita.
La comida fue muy íntima, y disfrutado de charlar con todos los invitados, sin hacer parones para dar regalos o sorpresa. De nuevo, una boda hecha a la medida de la pareja.
Y, para terminar, comenzó la barra libre, que en un principio estaba planeada dentro del salón pero al final Patri y Fran decidieron hacerla en la terraza mientras todos disfrutábamos del atardecer con música y una copa en la mano.
Les robé 10 minutos y salieron unas fotos preciosas y muy naturales, sin nervios, solo ellos dos.
A partir de ahí solo quedaba seguir disfrutando, bailando y riendo con su gente y exprimiendo hasta la última gota del día.